Très performant après préparation et affutage. Je ne peux plus m'en passer.

I've been reassembling my woodworking toolkit (don't ask!) and this little fellow will be the core of it. The Stanley #4 is THE classic plane. I'm planning on using it for some fine work, so I've done some tuning, as out of the box, while it's entirely usable, it responds well to having its sole flattening and a couple of other tiny tweaks. Hence the four stars for accuracy and for beginners. If you're willing to invest some effort and time into this gem, it'll be a tool for life.

Front knob and back handle are made of very cheap plastic, they were broken into two pieces when i received. These tools are legend for woodworking for centuries. How come Stanely: The inventor" of this tool shamed them with cheap mentality by putting cheap plastic knob and handle?

It's a Stanley, so it works, it's stable, it's reliable.Having spent 20GBP on a cheap "Pound Shop" own brand plane, ones sees where the extra money goes on a quality product from a quality manufacturer. And one does not regret it. My "cheap" plane is now wedging the workshop door open (it's about all it's any use for.)There's an old adage "buy cheap, buy twice" - at least when it comes to tools. Lesson learned.Hand plane obsessives and/or collectors will no doubt opine that the totes are plastic and not wood, and this and that are some micrometers too big/small, the quality of the cutting iron , etc. - but for an average "handyman" (or woman or non gendered specific individual,) this just gets the job done.Like all planes (and cutting tools generally,) even "new" it will benefit from a bit of "setting up" - e.g. lap the base, soften/bevel the edged, sharpen the iron, check everything is lubricated - I also like to sand down the mould seems on the totes for extra comfort - but once done it's a joy to use. For newbies, there's plenty of YouTube vids showing how to set up a plane.

中古扱いでっとても安く購入できました。ですが中身はほとんど新品。週末に刃を研いで試し削りです

Actualizo: además de todo lo dicho el primer día, ahora resulta que el mango se suelta con facilidad, y la primera vez que lo he apretado, se ha roto. El mango de una herramienta que debería aguantar torsiones y presión, y está hecho de un plástico malísimo. Inexplicable que Stanley haya recortado en calidad tan drásticamente.Ya había leñido en alguna otra opinión que había que ponerle mucho trabajo para dejarlo listo para trabajar. Pero no esperaba que viniera con la suela TAN rugosa. Es que ni lo han alisado mínimamente al fabricarlo. A mi me costó unas cuantas horas de limar y limar y limar para dejar la suela mínimamente presentable... Una pena que stanley haya optado por abaratar costes y descuidar tanto el acabado de sus productos de gama media/alta.

He pasado 1 mes (3 sesiones, soy aficionado) puliendo la suela a mano, debido a los mismos problemas que se indican en otras valoraciones (el amolado de fábrica es muy burdo, la boca de la hoja está lejos de apoyar correctamente). Ya esperaba este trabajo y el resto de puesta a punto, así que no me quejo de esto.El caso es que tras la (costosa) puesta a punto lo he estrenado y al primer uso se ha roto el mango. He revisado y mi conclusión es que cuando el mango se afloja un poco (y se afloja, el sistema de apriete no es el mejor posible) comienza a ser susceptible a roturas. Además he contactado con Stanley España por un recambio hace días y no se han dignado ni a contestarme, por lo que me he quejado a Amazon, que reemplazará mi producto pero como preparando el cepillo he pasado el plazo de devolución no tengo opción de devolverlo y comprar otro de más calidad, que es lo que me gustaría hacer.Otro defecto importante está en la longitud del contrahierro. Si ajusto la rosca de regulación de profundidad para lo más corto posible y monto cuchilla y contrahierro, el máximo rango que permite el contrahierro para que la menor profundidad salga solo un pelo la hoja provoca que el extremo del contrahierro invada el bisel de la cuchilla, en lugar de quedar unos milímitros tras el bisel (en definitiva, es demasiado largo). Este defecto si que no lo puedo ni arreglar.En fin. No lo compren, desde mi punto de vista no se puede ni utilizar. Si quieren un cepillo barato este va a ser igual de malo que otros que cuestan la mitad. Si quieren un cepillo de una mínima calidad, esta no es la opción. Esperen a poder gastar el doble de su precio, es lo que hay.

Mala calidad. La palanca de reglaje de profundidad de corte es débil y se rompe. Además el base está de una calidad deplorable, no es plano. La marca Stanley ya no es una marca de calidad.

Procedo a la devolución inmediata del cepillo ya que el estado en el que lo he recibido es lamentable. El mango está rajado y la cuchilla mellada y rayada. Muy mal Amazon poniendo a la venta productos ya usados y devueltos.

Una lastima que la herramienta no venga lista para trabajar, hay que dar un angulo secundario de afilado (que digo yo que lo podia dar el fabricante terminado) y pulir la base del cepillo para deslizamiento mas suave.

Visto de lejos causa muy buena impresión. Es un placer ver la inscripción "Stanley", y aún más "Bailey", el inventor del sistema de clasificación (este es el nº 4, un cepillo orientado al acabado fino, aunque es quizá el más polivalente de toda la serie).Al acercarse uno, se comienza a esfumar parte del encanto: Los dos soportes para la presa manual ya no son de madera, sino de resina, un asunto menor, pero también un presagio.Al intentar poner a punto el cepillo descubro un asunto que ya no es menor: La superficie inferior es descaradamente cóncava en sentido longitudinal, alrededor de 1 mm de desnivel en la parte media. No sólo eso, sino que tiene un estriado longitudinal burdo en el que puede uno "desbastarse" las uñas al frotarlas transversalmente, algo inaceptable para un cepillo orientado al acabado fino. Preparo la lija de 120 sobre un cristal, para asegurar un plano recto. Tras media hora de trabajo, me queda más del 70% por nivelar. Paso a lija de 80 con igual resultado. Llevo una buena parte de la tarde y calculo que al ritmo que voy va a tomarme una semana...Claudico, y lo paso por la lijadora de banda (de mesa), que trabaja mucho más deprisa (también con lija de 80). Pero cuidado: la inhalación de polvo de acero de fundición es muy nociva, así que mascarilla obligada. Luego vuelvo a las lijas sobre el cristal (de 120, 180, 320, 400, 600 y 1000). Después hay que redondear discretamente los cantos laterales, anterior y posterior, cosa que hago con lija de 320. Hay que regularizar también con una lima pequeña la ventana por donde sale la cuchilla.Al terminar el proceso anterior, afilar la cuchilla es un placer en comparación, y tras ajustar toda la tornillería (no hay una sola pieza que hayan atornillado de forma simétrica), el cepillo queda a pedir de boca y va como la seda, si bien no es posible todo el recorrido de la cuchilla de corte desde la posición de trabajo hasta quedar guardada, sin un ajuste adicional en la bayoneta exterior.¿Qué habría pasado si en lugar del Stanley Bailey hubiera comprado el equivalente de Silverline, Faithful o Draper? Seguramente le habría dado las cinco estrellas, habría pagado menos de la mitad, me habría dado un trabajo similar de puesta a punto, y habría pensado: '¿por qué no compraría el Stanley?'Igual que las tres marcas citadas -que también vende Amazón-, me da la impresión de que este cepillo de Stanley es otro producto más de manufactura oriental, genérico, al que ponen la marca encima y lo cobran según cotización de quien puso la estampa. Desgraciadamente, Stanley cotiza bien.No estoy insatisfecho con el cepillo, puesto que finalmente va bien, pero si lo hubiera de volver a comprar, sería un Draper, Faithful o Silverline.Espero que esto pueda ayudar a alguien.